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Diseño Biofílico

La importancia de sumar la Naturaleza a la arquitectura
Desde hace algún tiempo la naturaleza está de moda. Algo que quizás hayas notado debido a la comunicación masiva que suma la palabra “eco” y agrega verde a todo. Pero más allá de esta visión que por momentos me resulta vacía de fundamentos reales, creo importante destacar la transición en la que estamos inmersos y cómo nos enfrentamos a un nuevo paradigma.
Luego de años de preocupación medioambientales, solo resta entregarnos a la realidad de que la naturaleza no nos necesita para seguir existiendo, sino que existe pese a nosotros. Sin embargo la humanidad necesita profundamente de ella. Esto ha llevado a cambiar la visión de que el ser humano es el centro de todo, sino parte de un complejo entramado. Y entendernos parte nos permite comprender la importancia que ocupa en nuestras vidas.
En este contexto la teoría biofílica ha profundizado en estudiar las implicancias que tiene el ambiente sobre las personas. Es así como los avances en neurociencia y neuroarquitectura evalúan las respuestas humanas ante distintos estímulos del entorno. Aparece así el concepto de diseño biofílico como una forma de integrar y sumar las lógicas de la naturaleza a los procesos de diseño a fin de mejorar nuestra calidad de vida.
Resulta claro entender cómo comer y beber nos nutre, y que la calidad, colores y aromas de los alimentos cambian nuestro cuerpo, nuestro sistema inmunológico, nuestra capacidad pensante, nuestras emociones y sentimientos. Similar sucede con las horas de luz y oscuridad, y con otros tantos parametros que influyen en nuestro cuerpo y mente.
Entendernos parte de la naturaleza, al igual que animales y plantas, nos permite comprender, por ejemplo, que nuestros ciclos de sueño son variables, que hay momentos del año donde necesitamos dormir más y comer diferente. La naturaleza nos enseña constantemente. Mirarla, interpretarla y sumarla a nuestra vida nos permite ser parte del cambio.

¿Y cómo se traduce esto al diseño?

Desde mi práctica lo incorporo usando la arquitectura como herramienta, capaz de despertar el mundo sensorial de quienes la habitan. Es así que parto de la observación y el estudio del mundo exterior; y de entendernos como seres sensibles coexistiendo en él. Aquí confluye tanto mi necesidad de diseñar como la del otro de experimentar ciertas sensaciones, sentimientos y recuerdos. Es así como los proyectos, forman parte de una pausa, una excusa para detenernos a contemplar y entender nuestro lugar en el mundo. Donde una casa es también refugio, cobijo y lugar de encuentro.
Así el mundo construido termina siendo una suma de destinos, puntos notorios dentro de ciertos recorridos. Donde el diseño invita a mirar el bosque y entender sus lógicas, o disfrutar de aromas y colores, entrar en contacto con texturas, o con sabores. Un mundo háptico donde las construcciones dejan de ser algo rígido y se vuelven permeable adaptadas al lugar y a sus usuarios. Donde las construcciones evolucionan y acompañan los cambios de quienes viven en ella.
La arquitectura deja de ser objeto en sí mismo para sumarse a la experiencia de quienes la habitan.
Les comparto algunas imágenes que espero sean inspiradoras.
Paisajismo