El padre de mi abuela Pilar mandó levantar esta casa de campo en 1928. Durante muchos años se dedicaron a la lechería y el gran sótano que hoy sostiene la casa acopiaba y secaba el queso.
Mientras resalíamos la reforma van surgiendo los relatos familiares. Sus recuerdos y vivencias la construyen tanto o más que sus muros.
Al reformarla conservamos mas de 90 años de historias.